Hey, tú

Destrúyeme, como únicamente tú sabes. Acaba conmigo, maltrata nuestro recuerdo, daña mi consciencia. Tan solo no me abandones jamás.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Las personas resultan ser demasiados engañosas. A veces, cuando intentas ser sincero y abrirte ante los demás esperando a que se comporten de igual manera, o al menos no finjan e imiten emociones, te llevas un fiasco. Al menos, eso me sucedió a mí.
No es como si pudiese decir que jamás me han engañado o que no he engañado. Como parte de mi naturaleza humana, engaño, miento y finjo emociones en momentos expuestos al estrés pero nunca esperé experimentar algo como esto. Sentí mis emociones tan vividas que creí por un segundo que sucumbiría a la violencia, pero he madurado un poco más, entendí finalmente el cliché que más absurdo me parecía: No confíes nunca totalmente en alguien.

La gente es realmente hijo de puta; sin embargo, confío en que el karma hará lo suyo.