Hey, tú

Destrúyeme, como únicamente tú sabes. Acaba conmigo, maltrata nuestro recuerdo, daña mi consciencia. Tan solo no me abandones jamás.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Página Web


Dago Shar.











Página Oficial de Twitter. https://twitter.com/DagoShar Me siento un poco egócentrista haciendo esto, sin embargo, si existe alguien que desee entablar una conversación conmigo o leer algo más inédito e impersonal pues aquí está.

Lo más extraño de esto es que antes cuando buscaba un medio de comunicación externo, las palabras revoloteaban incesantes en mi cabeza, muy al contrario de ahora que con dificultad logro escribir algo medianamente coherente. Lo único que se me ocurre pensar es que la vida es jodidamente irónica.

Creo que lo único que comentaré por el momento es que,
Hay personas... personas con suerte que siempre obtienen lo que quieren, cómo si existiese una fuerza excepcional que ejecutará cuanto le fuese posible, para tornar sus deseos realidad y, hay otras personas. Personas como yo, tal vez personas como tú, que por cada paso que dan, el resto da dos.

Qué se puede hacer en ese caso? La verdad... no lo sé. La respuesta más simple puede ser la correcta. Tal vez el ser irremediablemente convencional ayude también o, el escepticismo. Quién sabe.

A fin de cuentas, la vida es así y contra eso, nada.

Me gusta escribir por la sencilla razón de qué sin importar cuan tonta suene lo que relate en un momento de melancolía, tristeza, rabia o sus derivados,  habrá alguien lejos o cerca que comprenderá mis sentimientos. Me gusta escribir porque cuando lo hago me siento volar y experimentar inmensidades de mundos y posibilidades.  Me gusta escribir porque... de esa manera dentro de mí comprendo que a lo mejor... no estoy tan sola como creo. 


alone, cry, crying, dog, girl


Siempre estás llorando, pobre niña tonta. Ahogándose en sus penas silenciosas, temiendo por el abandono que una y muchas veces ya sufrió. ¿A qué tanto le temes tú? Yo, antes le temía a lo visible, a los hombres rudos, a las públicas humillaciones, a los falsos amigos que con promesas rompían mi tonto corazón. Ahora, ahora... le temo más aquello que no puedo ver, que se encuentra oculto en la oscuridad de mi mente. Eso, que sin apuro me atormenta cada minuto de mi apática existencia... eso es lo que me atemoriza a mí.