Hey, tú

Destrúyeme, como únicamente tú sabes. Acaba conmigo, maltrata nuestro recuerdo, daña mi consciencia. Tan solo no me abandones jamás.

miércoles, 24 de octubre de 2012


En un trabajo del colegio nos pidieron escribir cómo creíamos que seríamos de ahora en adelante, para ser exactos, en diez años desde la fecha de hoy. Siendo un poco honesta, esa fue exactamente la pregunta que me hizo callar en la entrevista con una universidad hace unos días atrás; donde, por cierto, no obtuve beca en la carrera escogida sino en otra que, aunque me atrae, no es lo que mueve mi mundo. Siempre he pensado que si voy a hacer algo el resto de mi vida, tiene que ser tan fantástico y preciso que agite de manera abrupta mi entero universo. Por eso, la rechacé. Mi familia no sabe sobre eso, no quise comentarle que tuve el lujo de rechazar tremenda oportunidad; es muy posible que aunque digan entenderlo, no lo hagan. No quiero reproches silenciosos.

A lo mejor, he pasado tanto tiempo esperando crecer que ahora simplemente no sé si hacerlo sea tan conveniente. Sentirse vulnerable ante una pregunta hipotética me hizo preguntarme si estoy realmente preparada para afrentar lo que significa estar viva, vivir y ser consecuente con las acciones. He visto a tantos adultos crecer sin tener idea, que, temo ser una de ellos, moverme con la multitud, ser una del montón sin ese toque mágico que poseen las personas que de verdad triunfan. Y no me refiero al triunfo monetario; ya que para mí, lo material es eso, materia que no representa ni en mínima parte una felicidad valedera. Sino al triunfo emocional, la satisfacción propia, el orgullo mudo que cautivará cada fibra de lo que soy y seré.

Sin adentarme más en eso, me centraré en responder la pregunta. Creo que mi necesidad de explicar todo me ha hecho alejarme de la cuestión en general. Me disculpo por eso.
Ahora, ¿Cómo me veo en 10 años más?
La pregunta se dividía en partes: La parte espiritual, material, emocional y laboral.

Parámetro espiritual:

Nunca he sido muy espiritual, si nos referimos a la creencia absoluta e incuestionable sobre algún dios, aun cuando la mayoría de mi familia sí lo es y he estado influenciada por ellos gran parte de mi vida. A lo mejor, soy demasiado escéptica sobre todo y nada. Dudo sobre la duda misma, eso es algo que le debo a la lectura. Sin embargo, espero estar en armonía conmigo misma y llevar una vida pulcra en muchos de esos aspectos espirituales de los que estamos tratando.

Parámetro material:

Nunca me he interesado sobre lo material, a lo mejor porque nunca he poseído tanto lujos como para echarlos de menos. No es como si careciera de alguno que otro gusto; pero no he vivido rodeada de lujosos automóviles, casas u otros objetos que, para ser sincera, tampoco quiero. Sí, mentiría si dijera que no existen esos momentos donde desearía que la vida resultara más simple; pero, como leí en el Elogio de la dificultad, la realización de algo que resulta dificultoso otorga la satisfacción personal que, como todo ser humano, no me es inmune. Así que, en diez años, supongo que el dinero mediante mis logros, llegará solo.

Parámetro emocional:

En lo personal, lo emocional es de suma importancia. Mientras esta pequeña parte se encuentre estable yo viviré tan feliz que nada faltará y lo demás será, sin duda alguna, problemas banales sin importancia más grande que la superficial.  Aún cuando no me veo con esposo, hijos o suegra. Quiero que mi familia -referente a mi mamá, papá y hermanos- se mantenga junto a mí. Y... a lo mejor compre un perro, quién sabe. Mi fanaticada por los animales es cosa loca.

Parámetro laboral:

Esto, es honestamente, el centro de mi mundo. Acá es donde quiero lucirme. Es donde me luciré. Por eso, en diez años seré tanto y sabré tanto que cualquier conocimiento me resultará valedero. Y la dificultad al conseguirlo proporcionará el poco de felicidad faltante en mi vivir.

No señale el esperar la felicidad. Tan anhelante por todos. Porque, siendo un poco más franca, ya soy feliz. Sólo me faltan esas pequeñas cositas que. como mencioné antes, me brindarán lo que "falta".

viernes, 19 de octubre de 2012


¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en tu vida?

Muchas, que las cosas buenas llegan cuando menos las esperas. Que las personas no siempre son lo que aparentan, que Dios es tu único amigo fiel, que si te esfuerzas los objetivos son fáciles de conseguir. Que el dinero sin corazón no es nada, que los amigos lo son mientras no opaques su propio brillo y sobre todo que al hacer las cosas en silencio DIOS y la vida te recompensan en público.

¿Qué has aprendido tú?


Mañana es tal vez el día más importante de mi vida hasta ahora. Supongo que es usual sentirse abrumado y no lograr aclarar las ideas de manera correcta; es normal estar así, ¿No?
Es realmente irónico como me siento tan jodidamente insatisfecha, estoy cerca... muy cerca, sólo es cuestión de respirar hondo, descansar un poco e ir mañana para mostrarle a la gente que tiene su mundo en mis manos cuan capacitada estoy para esto. Parecía demasiado fácil mantener la calma unos días atrás, pero, ... No lo es en lo absoluto.

Mañana, yo, prometo que daré cuanto puedo y luego sonreiré pensando que tan difícil pudo ser lograrlo. Porque yo nací para esto, así fue. Esto es mío, de nadie más.

Así que... aun cuando creo que lloraré hasta dormir por el pánico que invade cada parte de mi cuerpo, mañana al lavar mi rostro, justo antes de bañarme le regalaré a mi reflejo la sonrisa más honesta y ambigua. Diciéndome, que el momento es ahora y mañana... mañana me luciré con tantas ganas que los demás al tomar su decisión las respuestas serán claras.

Así será. Así será.